Fuente: El Economista. Ver artículo original. Autor: Nicolás Lucas-Bartolo. @NLucasB
La situación financiera de AT&T en México ha mostrado una mejora, después de una década de pérdidas para sus inversionistas, pero no es suficiente para arriesgarse en una subasta de espectro 5G con precios elevados, lo que también representa un desafío para las nuevas autoridades reguladoras.
Durante el trimestre de verano, AT&T incrementó sus ingresos generales en un 7% y su negocio de pospago creció un 14%. Sin embargo, el margen EBITDA, un indicador clave de la salud financiera, mejoró un 10.97% interanual, alcanzando un 18.2% en el tercer trimestre de 2025.
Este es el mejor desempeño del margen EBITDA desde el tercer trimestre de 2023, lo que lleva a la directiva de AT&T a considerar si es prudente arriesgar su estabilidad en proyectos con factores externos adversos, como la próxima licitación de espectro para servicios 5G en México, en un contexto de nuevo marco regulatorio y desaceleración económica.
El entorno macroeconómico en México no es el más favorable para que las empresas del sector adquieran bandas radioeléctricas en los próximos meses sin enfrentar dificultades. En septiembre, la actividad productiva del país disminuyó un 0.6% anual, y en julio se contrajo un 1.2%, lo que sugiere que el PIB de México podría haber experimentado una desaceleración en el tercer trimestre de 2025.
A lo largo de nueve meses, los datos no son alentadores para AT&T, ya que, aunque el margen EBITDA sube a 19.0%, la empresa registra una caída del 3% en ingresos por servicios, un 0.6% en la venta de equipos y una disminución del 2.1% en ingresos totales. A pesar de que en el tercer trimestre AT&T facturó 1,095 millones de dólares, sus ingresos por servicios y teléfonos aumentaron un 7.9% y 5.8%, respectivamente.
José Otero, analista de ICT Development Consulting, señaló que, aunque hay una leve mejoría financiera, AT&T aún está lejos de una solidez que le permita mayor flexibilidad, lo que se traduce en un enfoque conservador al evaluar inversiones. Es improbable que la empresa adquiera bloques de espectro en un nuevo proceso de asignación.
Elena Estavillo, directora en Centro-i, añadió que es poco probable que AT&T participe en la licitación, ya que el espectro sigue siendo caro y los derechos no han disminuido. Aunque la nueva ley de telecomunicaciones permite descuentos a cambio de cobertura, estos parecen dirigidos a operadores pequeños en áreas remotas.
AT&T posee espectro en 2.5 GHz y 3.5 GHz, adecuado para 5G, y ha mostrado interés en frecuencias de 600 MHz, pero no bajo una política fiscal que afecte significativamente su negocio, ya que pagar por este recurso representa el 16% de sus ingresos anuales.
María Elena Estavillo comentó que AT&T tiene suficiente espectro para seguir creciendo, pero el costo de los derechos sigue siendo un desincentivo significativo.
José Otero también cuestionó las condiciones de la subasta, como el costo de las concesiones y el calendario de despliegue de 5G, sugiriendo que un calendario agresivo podría desincentivar la participación de AT&T, que podría optar por continuar su estrategia actual de expansión de 5G en áreas con un retorno de inversión positivo.
La estrategia de prudencia financiera de AT&T, junto con la devolución de bandas no esenciales, ha permitido a la compañía crecer en el segmento de pospago, que añadió 243,000 nuevos accesos netos, representando el 27% de su cartera total en México al cierre de septiembre.
AT&T destacó que, a pesar de los desafíos del mercado, han logrado crecer en clientes, ingresos y rentabilidad en comparación con el mismo periodo del año anterior, alcanzando siete trimestres consecutivos con ingresos operativos positivos, lo que refleja una estrategia acertada y sólida ejecución.

